lunes, 16 de abril de 2012

De los enamorados...

Para muchos, la sensación empieza el primer día de febrero. Unos lo esperan, otros le huyen, unos lo adoran, otros le temen. Hay quien dice que preferiría acostarse a dormir el día anterior y levantarse el siguiente. Hay quien lo espera con ansias para recibir ese “detalle” —llamado así por cortesía porque no se te ocurra llegar con una flor— que es solo una muestra más del enorme amor que su pareja le profesa. Por buenas o malas razones, el día de los enamorados, es una de las fechas más comentadas del año.

Dicen las malas lenguas, que una especie de cofradía formada por “desparejados” decidió bautizarlo hace tiempo como “el día del amor y la amistad”, así como para tener algo que celebrar y no tener que pasar el día escondido debajo de las sábanas. Otros dicen que esta fue solamente una jugada con tintes consumistas, para lograr conquistar ese día, ese gran target de gente sin pareja, que pareciera ser tan o más abundante que los que sí la tienen. También corre el rumor de que la venta de chocolates se dispara al máximo, sin que se haya podido verificar qué porcentaje es comprado para obsequiarlo y qué porcentaje es consumido desesperadamente por féminas que se sientan a devorarlos frente al televisor, como si de una venganza se tratase, mientras ponen en el DVD alguna película que permita decir, ante el torrente descontrolado de lágrimas, que es que “la película es muy triste”.

No podemos olvidar a los yo-soy-feliz-como-estoy-yo-no-necesito-pareja, premisa que probablemente sea más cierta de lo que muchos quisieran, pero que cuando es dicha en el mes de febrero, sonará siempre más a excusa que a realidad. Otra clase interesante son los que en teoría no están solos, pero cierto morboso ensañamiento con los que lo están, se muestra bastante sospechoso, sin uno poder determinar si es que extrañan la soltería perdida o si más bien se aplica aquella frase de Sabina que dice “estar contigo es estar solo dos veces…” . Caras vemos, corazones no sabemos. También habrá quien dirá que prefiere estar solo que mal acompañado, porque al fin y al cabo no ha encontrado a quien esté “a su altura”, pero secretamente sentirá como se le pasan los días sin tener a su lado esa compañía que, lo aceptemos o no, siempre es necesaria.

Lo cierto es que la fecha, rara vez resulta indiferente a alguien, aunque las formas de manifestar los sentimientos del día varían notablemente. No siempre el que se muestra feliz y eufórico es el más acompañado y no siempre el que se mantiene reservado está tan solo. Hay quien demuestra su amor este día con un ramo de flores enorme, y habrá quien lo haga simplemente con cuidar a los niños mientras su pareja toma un baño largo y caliente. Algunos celebraran tener a su lado a la persona que los complementa y otros celebrarán tener el amor de una familia que los acompaña en los momentos difíciles. Muchos celebrarán la amistad, y no creo que por tema de “conformarse”, sino porque es un motivo para celebrar. Tal vez alguien organice una fiesta como aquella que celebraba Jessica Biel en la película “Día de San Valentín”, para todos aquellos que se sienten desdichados el día de los enamorados, y tal vez, igual que en la película, la vida le haga una de sus jugadas y logre conseguir el amor en su propia fiesta.

La vida da muchas vueltas y cuando de amor se trata, todos los días son especiales y ninguna regla es ley.

Feliz día de los Enamorados!

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