jueves, 10 de marzo de 2011

Entender...

Decidí que no quiero entenderte. No me malinterpretes, no es que no me importes ni que no quiera conocerte, es que no me interesan tus razones de ser como eres. No quiero entender ya por qué te adentras en mi mundo, más bien me interesa ahora conocer cómo te mueves en él. Realmente me importa ya muy poco tus razones para recorrer los caminos que transitas, decidí que prefiero sentir lo que en mí provoca ese transitar. No me interesa entender por qué me miras de la manera en que me miras, prefiero dedicarme a perderme en lo profundo de cada una de esas miradas. No perderé más tiempo intentando entender las razones que tienes para estar hoy y mañana no, porque realmente lo que me importa es disfrutar cada segundo de ese lapso intermedio. No volveré a preguntarme qué siente tu piel cuando no estás conmigo, es más interesante para mí describir lo que siente la mía con sólo percibirte. Y es que haciendo un balance, he perdido demasiado tiempo entendiéndote cuando lo que me interesa en realidad, es quererte.