lunes, 16 de abril de 2012

#30Libros Día 22: Las Flores del Mal / Charles Baudelaire

Uno de poemas (no se valen antologías)…

Por supuesto, pasaron por mi mente varios libros de poemas de amor, hasta que recordé el nombre de Baudelaire.

Lejos de escribir sobre la belleza, el amor, la nostalgia, la vida, Baudelaire le escribe a lo macabro, a la tragedia, a la noche, a la mentira, a Satán.

Así presenta Baudelaire su obra:

AL LECTOR

La estulticia, el error, la ruindad y el pecado
nos habitan el alma y nos roen el cuerpo,
y el amable dolor de pecar sustentamos
al igual que mendigos que alimentan sus piojos.

Los pecados son tercos, el pesar inconstante,
exigimos buen precio por decir nuestras culpas,
y gozosos volvemos al camino enfangado
con vil llanto creyendo lavar todas las manchas.

En la almohada del mal Trimegisto* Satán
sin cesar mece el alma hechizada por él,
y ese noble metal que es materia de nuestra
voluntad, como sabio alquimista evapora.

¡Mueve el Diablo los hilos que nos dan movimiento!
Descubrimos encanto en lo más repugnante;
día a día al Infierno paso a paso bajamos
sin horror, a través de tinieblas que hieden.

Como un pobre vicioso que devora y que besa
todo el pecho ulcerado de una vieja ramera,
de pasada robamos un placer prohibido
que exprimimos igual que una seca naranja.

En un vasto hormigueo de millones de helmintos
se solaza en la mente la legión de demonios,
respiramos y un río invisible de Muerte
baja a nuestros pulmones entre sordos lamentos.

Si el estrupo, el veneno, el puñal y el incendio
no han llegado a bordar con sus gratas falsillas
el trivial cañamazo de tan ruines destinos,
es porque, ay, en el alma no hay audacia bastante.

Pero junto a chacales, a panteras, sabuesas,
escorpiones y monos y serpientes y buitres,
monstruos todos que aúllan, chillan, gruñen rampantes
en la casa de fieras infamante del vicio,

uno sé que es aún más inmundo y maligno.
Aunque no alce la voz ni haga alardes de fuerza,
bien podría dejar arrasada la tierra
y de un solo bostezo engullir todo el mundo.

¡Es el TEDIO! Con llanto maquinal en los ojos,
imagina patíbulos mientras fuma su pipa.
Ya conoces, lector, a ese monstruo sensible,
¡oh tú, hipócrita, igual a mí mismo, mi hermano!

Definitivamente, una obra interesante…

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