Uno que haya odiado hace años y hoy admira…
Con este libro me ocurrió una anécdota particular. Me mandaron a leerlo en bachillerato y cuando comencé a leerlo me pareció tediosísimo. Pasé el examen a punta de Memo Fichas, porque nunca lo leí.
Muchos años después, dos semanas antes de mi matrimonio, mi hermana que estudiaba bachillerato y que era mi madrina de bodas, estaba estresadísima porque estaba en exámenes finales y había olvidado que tenía una prueba sobre el libro que no había leído aún. Llegué a un acuerdo con ella: Yo leería el libro, le haría un resumen para que presentara el examen con la promesa de que el pasar todo el ajetreo, ella lo leería. Y así lo hicimos.
Leí el libro en un día. Me pareció fascinante. Había leído otros libros de Gallegos, La Trepadora, Cantaclaro y muchos de sus cuentos, pero a los 27 años y después de 11 años de renegar de él, me había reconciliado con su obra más famosa.
Sigue siendo de mis favoritos.
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