domingo, 7 de noviembre de 2010

A mis amigos...

Siempre me ha llamado la atención el enorme interés de muchas personas por buscar en los demás los defectos de los que ellos mismos sufren y además, empeñarse en resaltarlos. Suelo ser de las personas que piensa que la vida de cada quien es eso, de cada uno y que sólo le incumbe a ellos. Me intereso por las personas por lo que me aportan, por lo que me hacen sentir y por la manera en que me complementan, de resto, confieso que me importa muy poco lo que hagan o deshagan con su vida, a menos que busquen mi opinión o que tenga un interés romántico. Pero trato, en la medida de lo posible de no juzgar a nadie por lo que hace o no hace dentro de los límites de su privacidad. Me interesa saber de las personas para conocerlas, jamás para juzgarlas. De igual manera espero lo mismo de ellos. Creo que por esta razón es que tengo la mala maña de confiar en la gente, a menos, eso sí, que mi primer impulso sea desconfiar. Lamentablemente, si este es el caso, no habrá poder sobrehumano que me haga confiar el 100% en esa persona, aunque en un futuro llegue a apreciarla. Considero AMIGOS a muy, muy pocas personas y no depende de los mil años o no que tenga conociéndolos sino de actitudes ante ciertas situaciones. Actitudes que generan mi confianza y mi respeto.
Recientemente aprendí una lección. Hay factores que ponen a prueba cualquier amistad y lamentablemente hay intereses personales que cada quien considera más o menos importantes según las vivencias y carencias que han tenido en su vida. Si las personas que te rodean no tienen la misma escala de valores, bien sea porque son más altos o más bajos, estás en problemas, porque el código no es el mismo.
Hoy me preguntaba qué era más dañino, si alguien que le comenta a una persona que considera su amigo, algo relacionado con otro, a fin de confiarle un sentimiento o si el supuesto amigo que decide convertir la confesión en una intriga, solo para quedar bien con otra persona que le interesa. Para mí la respuesta era obvia, pero después de pensarlo, me di cuenta que no. Porque la respuesta depende exclusivamente de la escala de valores que tiene cada quien y de las vivencias que ha tenido y de las que le falta por tener. Mis vivencias me dicen, que no hay nada más importante que saber que tienes a alguien en quien confiar, de verdad. Y esa opción no la sacrifico por nadie ni por nada, ni siquiera por amor. Mis vivencias me llevan a ser sincera con las personas en las que confío, porque espero que estas confíen en mí de la misma manera, por lo que prefiero a veces ser inoportuna con una pregunta directa, que caer en suposiciones absurdas que sólo complican las cosas, y esto muy a pesar de que mi tendencia en general, es pagarme y darme el vuelto.
Mis vivencias hoy, me dicen, que hay personas a quienes consideras amigos que terminan no siéndolo tanto cuando un interés personal se interpone. Que hay gente "cool" que vocifera felicidad al máximo y estar feliz con todo lo que tiene en su vida (y con lo que le falta también) y que en el fondo sólo tiene una gran frustración que compensa con el increíble arte de enredar a los demás en juegos extraños. Que hay personas que a primeras de cambio pueden hacerte creer que esa lista de deseos que tenías escondidita, puede encontrarse en una misma persona, para luego mostrarte que no. Que puedes equivocarte encasillando a alguien como patán, cuando en realidad termina siendo la persona más honesta que te has topado y que hay amigos de verdad, que te escuchan una llamada, te dicen cuentas conmigo y no te preocupes y espera que las aguas vuelvan a su lugar, cuando esas eran las palabras exactas que necesitabas escuchar.
Todo es aprendizaje y no queda más que tomarlo y seguir adelante...

Me ahorro la foto de este post, simplemente para no aludir a nadie.

2 comentarios:

  1. tenia varios dias sin twuitear solo pensando en personas a quien le tome cariño y de una forma u otra me trataron de hacer daño es por eso qu evaloro lo que escribiste y te digo qu ecomparto 100 % este articulo !

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  2. Saltándome el tema, en el que espero estar reflejado del lado claro de la fuerza y no en el oscuro, no puedo dejar de felicitarte por lo bien que est'as escribiendo. Parafraseando a una conocida mutua "podrías ser una gran periodista, puesto que sabes escribir y tienes sentido común". Felicitaciones por saber encontrar el "tumbao" d elos blogs, ese que a los que escribimos por obligación --aún cuando lo difrutemos-- nos cuesta tanto encontrar.

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