martes, 19 de octubre de 2010

Oportunidades...


Hay situaciones, frases, personas, que nos topamos a veces y que a lo mejor, sin querer, nos hacen un llamado a reflexionar. No se trata de darse golpes de pecho y arrepentirse de todo lo que se ha hecho en la vida, se trata de mirarte sinceramente ante el espejo y sin mayor compañía que tú mismo, deshacerte de los prejuicios que tienes sobre tí y sobre los demás y decir "aquí hay algo que tengo que cambiar". Lo grave nos es tener conductas "erradas" (palabra que utilizo aunque tampoco me parece la más correcta), porque todos nos equivocamos y al final la vida es un gran camino para aprender en el que nunca aprendes del todo; lo grave es repetirlas una y otra vez sin darte el chance de tomarte unos minutos y analizar si realmente, para ti, es la mejor manera de afrontar la vida.
Distintas circunstancias nos hacen, muchas veces, levantar muros, crear laberintos y poner puertas, que nos mantienen "seguros" y "a salvo" de aquello a lo que tanto temor le tenemos que es simplemente sentir, sin darnos cuenta que el miedo también es un sentimiento y que vivir amarrado a él, sólo nos priva de vivir aquellos sentimientos que son más dulces, placenteros y que al fin y al cabo forman el conjunto de aquello que todos deseamos con tanta desesperación, como lo es "ser felices", dependiendo por supuesto, del concepto que cada quien tenga de este "ser".
Tuve un profesor que decía, que para ver las cosas desde otro punto de vista, lo único necesario es cambiar la posición de la mirilla de la puerta. Yo creo que a veces, hace falta abrir la puerta completa y detenernos a mirar el panorama. A lo mejor muchas cosas habremos perdido antes de decidirnos a hacerlo, pero nunca es tarde para darnos otra oportunidad y quizás, si es necesario, hasta para pedir que se nos de.
Hoy aprendí que la vida es demasiado corta para vivir detrás de un muro, que dejar de sentir para que no te hieran, es tan estúpido como dejar de vivir para no morirte. Que no hay que perder el tiempo en complicaciones, en discusiones, en intentar que los demás vean en ti, lo que tú mismo no eres capaz de ver de lo escondido que lo tienes. Quizás fue mucho lo que perdí por no querer ver esto antes. Pero de todas formas, seguiré intentando y pondré mi mayor esfuerzo.
La mayoría de las veces, vale la pena arriesgarse...

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