Ayer lo dije (o lo escribí, mejor dicho) dos veces. Cuando alguien dijo que la gente estaba más pendiente del Caracas-Magallanes que de las restricciones de horario de los Centros Comerciales, le escribí "Sí! Así somos!". Luego, cuando hablamos de que ahora la gente sí iba a reaccionar porque los locales nocturnos no abrirían, repetí "Sí! Así somos!".
Me puse a pensar luego, que si el día de mañana mi hijo, que hoy tiene 6 años, me preguntaba -además con todo el derecho del mundo- por qué mi generación y yo nos dejamos robar el país, la única respuesta que iba a poder darle era "Así somos!". Como triste, ¿no? Que la única forma que tengamos para rendirle cuentas a nuestros hijos, del futuro que dejamos que les coartaran, de la falta de electricidad, de agua, de seguridad, de principios; de la violación de derechos, de la existencia de presos políticos, de las historias lejanas de huelgas sin apoyo, de la pérdida de la propiedad, de la vida y de la libertad, sea simplemente que así éramos y que no nos tomamos la molestia de cambiar. Tiemblo de pensar, si a alguno de los hoy niños, futuros ciudadanos de un país en ruinas, se le ocurre ir un poquito más allá y preguntar a los ciudadanos de hoy: "¿Y por qué no quisieron cambiar?" ¿Cuál sería la respuesta? ¿Comodidad? ¿Miedo? ¿Desinterés? ¿Hasta qué punto, en un futuro, no muy lejano por cierto, podremos justificarnos ante nuestros hijos por el hecho de haberles robado su futuro (ojo, NOSOTROS, más nadie)?
¿Les diremos qué? ¿Que nunca pensamos que esto iba a pasar? ¿Que nos fuimos acostumbrando poco a poco a cada medida, a cada arbitrariedad, a cada empujoncito? ¿Que era que estábamos esperando que nos quitaran la pajita del hombro pero que en realidad, nunca lo hicieron?
Pensaba en todo esto y mi amigo Felipe me habló de los sapos. Sí! de los sapos! Si tiras un sapo en una olla de agua hirviendo, el sapo salta y te fregaste. Pero si lo metes en agua fría y prendes la hornilla a fuego bajo, el sapo termina cocinándose y ni siquiera se da cuenta.
Entonces, ¿así somos?
En eso nos han convertido y lo hemos permitido.
ResponderEliminarEs triste pero así es, en vez de atacar los problemas, nos hemos adaptado a todos ellos.
ResponderEliminarTienes toda la razón, hemos dado el consentimiento de esta situación, pero me pregunto algo, estaremos a tiempo de cambiarlo??
ResponderEliminarNo creo que seamos (o seais) así. Afortunadamente yo hablo casi sin conocimiento de causa, escribo desde España donde no tenemos problemas tan serios como los que tienen ustedes (aunque tambien tenemos algunos).
ResponderEliminarNo creo que todo el mundo sea conformista, sino, no existiría este blog y colgarian estos post y la gente los apoyaria. Para la autora de este post, darle mi apoyo y decirle que este "gesto" es un acto de inconformismo. Dede aquí parace fácil, solo tienen que aunar fuerzas! hacerse escuchar, pero no solo en su pais, sino en el extrangero. Quizas, por desgracia, no sirva para nada, pero almenos a sus hijos le podrán decir, que una parte de ustedes no estaban de acuerdo con los ideales actuales de su gobierno y que intentaron cambiarlo, que hicieron todo lo posible, pero que la corrupción es muy fuerte y perdieron la batalla. Individualmente uno no puede hacer nada, pero uniendo fuerzas si.
Conozco a venezolanos que me han contado cosas espantosas de su pais, referido a secuestros, robos y corrupcion política. En televisión aquí sólo vemos una parte de los "problemas" que tienen allá, y mas con su presidente. Creo que nuestro Rey, D. Juan Carlos deberia repetirle más a menudo la ya frase famosa "porqué no te callas?" y que deje que un gran pais como Venezuela prospere y sea lo que fue un tiempo atrás y no lo hunda en la miseria como lo está haciendo actualmente.
Sin mas, un cordial saludo.
Te agradezco enormemente tu comentario. Ojalá muchos venezolanos vieran las cosas como tú las ves, pero aunque habemos muchos que hacemos un esfuerzo por mantener alto el inconformismo y por tratar de protestar y de no callarnos, lo cierto es que el cansancio nos ha ido venciendo. Los continuos atropellos e injusticias han ido hiriendo nuestra moral y poco a poco hemos ido bajando la cabeza. Venezuela es un país hermoso, sí, lleno de gente bella, luchadora, pero nos hemos acostumbrado, tal vez por supervivencia o por comodidad, no lo sé, pero la realidad es que ya nada nos sorprende. Ni siquiera los 257 muertos que hubo sólo en la ciudad de Caracas durante el asueto de Año Nuevo. La mayoría ante este número lo que hace es decir "menos mal que no fui yo". Ojalá las palabras del Rey hubieran bastado para acabar esta pesadilla, pero a mi país le falta todavía mucho por recorrer, por aprender. Te repito, gracias por tus palabras y ojalá al leer la visión que tiene una persona desde fuera, la conciencia de algún venezolano se despierte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Soy otra vez el anonimo anterior.
ResponderEliminarEs una pena que el cansancio les venza. Pero se sabe que el cansancio es temporal. Quizas ese cansancio no sea suficiente. Miren a su alrededor, miren su pais lo que es ahora, lo que era antes, y lo peor de todo, lo que será mañana. Uno siempre puede, por muy cansado que esté, hacer mucho mas. No sabemos donde está nuestro límite. Observen a su gente querida, hijos, sobrinos, primos, gente que ahora mismo no pueden comprender lo que ocurre y que el dia de mañana se encontrarán con pobreza y miseria. No comprendo que eso no les revuelva por dentro y saquen fuerzas de dentro para, al menos, intentar solucionarlo. Tienen mucho más apoyo del que se creen.
Sinceramente, ya no por ustedes, sino por los venideros, tienen que actuar y crear una Venezuela libre, y dejar un legado del que sentirse orgulloso y sea referencia para muchos paises cercanos al suyo.
salu2!
Dios no me ha dado la dicha de tener hijos, tal vez porque sabe que no estoy preparado para verlos crecer en medio de tanta represión. Pero aún tengo fé en el pueblo, aún tengo fé de que se cumpla la regla de que toda dictadura pare líderes que están por encima de cualquier desventura. No debemos acobardarnos a los ojos de esta juventud, debemos sembrarles valores que los hagan subsistir ante la adversidad, cueste lo que cueste.
ResponderEliminarEl problema del venezolano, además de lo comodo y conformista, es que se ha vuelto individualista, luchando y protegiendo solo sus intereses, y ese es el peor defecto o debilidad que podemos tener, que solo pensemos en nosotros mismos, sin importarnos el vecino, nuestra urbanización, nuestro pais, sin ser para nada solidarios y unidos como ciudadanos...Bien lo comentaste Tutu, mientras estamos diciendo: "menos mal que no fui yo" a nuestro alrededor se nos cae el pais a pedazos, se nos cae nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos...y lamentablemente estamos viviendo el hoy, sin importarnos como sera el mañana... nada lejos de aquello que se decia en una célebre novela "..mientras vaya viniendo vamos viendo..." ASI SOMOS!!! Que triste...
ResponderEliminarCon todo respeto, creo que el proferir esa frase "así somos" es una muestra de que la constante campaña de desgaste implementada por el régimen ha hecho mella en nosotros.
ResponderEliminar¿Así somos? ¿Conformistas, irresponsables e indolentes? Creo que es un tanto injusto para con nuestra generación, aquella que se dejó arrebatar el país. Porque dentro de todo, creo que hemos sido víctimas de un experimento de cuyos resultados sus autores se lamentan. Pero de nada vale llorar sobre la leche derramada.
Nuestra generación no se metía en política simplemente porque no había razones para hacerlo. Era oficio de los políticos, los cuales cuales eran los únicos en adentrarse en ese chiquero que desde afuera algunos veíamos con asco. Otros ni siquiera lo veían. Así fuimos educados y programados. Dentro de todos los problemas que aquejaban a la sociedad en los 80 y 90, en general se vivía bien. Éramos la envidia de América Latina aún después del caracazo y las intentonas golpistas. No digo que estábamos bien, solo que "se vivía bien".He allí la diferencia.
Fuimos sometidos durante casi tres décadas a un inmisericorde bombardeo mediático que despotricaba de todo lo que tenía que ver con política. El contenido de la programación de nuestras televisoras se hizo un vehículo para el embrutecimiento colectivo. Tal vez algunos no lo recuerden, pero se pasó de "El show de Renny" a "Fantástico", (sin comentarios), de "Aquí Oscar es competencia de juventud" (programa de competencia de conocimientos entre colegios y liceos y de muy alta factura) a "Viva la juventud" (preámbulo del vergonzoso "Cuanto vale el show" pero en el área estudiantil). De igual manera podemos ir al terreno de las telenovelas o los programas de opinión.
En fin, ejemplos como éstos sobran.
Hoy en día estos mismos medios que acabaron con la cultura del venezolano y moldearon nuestro comportamiento a lo que somos, el primero se plegó al régimen. El otro fue cerrado cuando su Frankenstein se volvió respondón y no aceptó críticas.
Recomiendo ampliamente la lectura de esre artículo escrito por Renny Ottolina titulado "Juicio a la televisión venezolana".
http://www.analitica.com/bitblio/varios/renny_juicio_TV.asp
Me disculpan lo largo, pero si así somos es porque así nos han hecho. Unos más unos menos, todos fuimos afectados por ese ataque despiadado a nuestras conciencias.
Un optimista diría que igual como nos "mal educaron", podemos "bien educar" y en lo posible quitarnos ese lastre de encima.
Mejor lo dejo hasta aquí...